Interacción e interculturalidad.
El día 13 de enero aparece en The Cronicle of Higth Education el post titulado
Innovation in 2014: Welcome to the Evolution
de Jeffrey Selingo, editor colaborador de The Chronicle y profesor de la Universidad Estatal de Arizona.Si lo leemos podemos encontrar notables coincidencias, si bien más sintetizadas, como es propio de estos articulos y de su estilo.
(...) el año pasado, toda la curiosidad y el bombo que rodeaba a la versión 2012 de los MOOCs se volvió condena y remordimiento. Los experimentos que se hicieron de campus de alto perfil utilizando los MOOCs fueron decepcionantes. Los profesores de las universidades tradicionales lucharon contra los esfuerzos para permitir que los cursos reemplazasen la enseñanza cara a cara. Cuando el año 2013 llegó a su fin, como corresponde se hizo una nueva proclama sobre los MOOCs en forma de portada con el titular: "Después de los reveses, los cursos en línea se repiensan"
Señala también, es inevitable, la entrevista de Fast Company a uno de los mayores defensores de MOOCs, Sebastian Thrun de Udacity-donde llamó a los cursos "un producto malísimo"-como prueba de que 2014 será el año en que la educación superior vuelve a la realidad y toda esta charla sobre la interrupción finalmente termina.
No obstante pone de relieve importantes razones para considerar que los MOOCs no supongan una revolución en la educación superior. Lo afirma en base a que ya da por perdida la pugna para que MOOCs y otras ideas innovadoras puedan a obtener apoyo para entregar un título universitario. Estamos viviendo una fase evolutiva, no un momento revolucionario, para el futuro de la educación superior. El cambio, por su naturaleza, es gradual. Los cambios que se recuerdan no se producen en un año o en un momento dado. Son procesos que duran años, en el seno de los cuales hay avances y retrocesos puntuales... No se producen grandes cambios en un un año dado.
Sin embargo el artículo señala frívolamente, a nuestro modo de ver, que lo que ralentiza el cambio en la educación superior es la naturaleza conservadora de la estructura universitaria, por varios factores: Los académicos tienden a estar demasiado aislados en sus disciplinas o departamentos y trabajan dentro de estructuras rígidas, muy reguladas que tienden a sofocar la permeabilización de ideas y de corrientes externas a que se ven sometidas otras instituciones en otros sectores sometidas a otro tipo de presiones y precariedades. Esto en parte puede ser cierto pero no es menos lo que analizábamos en nuestras entradas sobre interculturalidad, cambios en la cultura organizativa y en las actitudes de los profesores y gestores para abordar desafíos complejos como son:
- Encuadrar participantes transnacionales, solucionando problemas de créditos compartidos, reconocimiento de situaciones de admisión, etc, en un sistema y en un diseño instruccional nuevo con problemas inéditos.
- Formar adecuadamente a los aspirantes en un espíritu no local, encontrando referencias y experiencias comunes. Una forma práctica sería favorecer que de forma previa los estudiantes tomaran cursos con fundamentos de esta enseñanza que incluyesen términos, conceptos, culturas, prácticas y visiones del mundo en que se basa el sistema educativo más amplio en el que quieren a participar.
- Capacitar igualmente a los formadores sobre la base de una mejor comprensión del aprendizaje intercultural.
Los MOOCs han supuesto una toma de conciencia sobre los cambios necesarios pero, y en esto también coincide el post de The Chronicle con los nuestros, este enfoque supuestamente disruptivo pero parcial puede distraer del problema principal y global, y arrastrar en su fracaso a una desconfianaza por estos planteamientos en su conjunto que retrase los cambios necesarios. Un enfoque como éste, pensado de forma desestructurada para la solución de problemas de manera aislada puede dificultar la adopción de ideas innovadoras en la educación superior en su conjunto. Porque, además, esto que sucede en los MOOCs puede suceder igualmente con el aprendizaje adaptativo, con los cursos híbridos (b-learning), con el flipped clasroon, con el diseño basado en competencias,... que actualmente son vistos como soluciones particulares, cuando no excluyentes a los problemas acuciantes de acceso, costo, inserción profesional y de calidad de la universidad. Cada idea tiene sus defensores que creen que han encontrado el bálsamo de Fierabrás, así como detractores que ven el cambio como una amenaza a su profesión: Los nuevos modelos pueden dar miedo. Amenazan el status quo, desafían las ideas preconcebidas sobre cómo funcionan las cosas, y generan miedo a lo desconocido.
Coincidimos igualmente en la idea de lo deseable que sería cambiar el año 2014, como año de la interrupción de los MOOCs, por el año de la evolución y de la convergencia, en el qu elas ideas pioneras convergen entre sí y con las que se han manifestado fructiferas en cuanto a organización, metodología docente, ayuda pedagógica,... y no estar siempre en un continuo adviento, en un embarazo que no llega a término.
Nuestra aportación está hecha en un trabajo en preprint en E-LIS "El diseño instruccional de los MOOCs y el de los nuevos cursos online abiertos personalizados (POOCs)"
Estoy gestionando a varias bandas una implementación pero, como siempre, nos encontramos con las trabas descritas más arriba. Espero no obstante llegar a alguna solución. No es fácil.
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