Muchas veces, hablando de educación virtual, elearning,
blended learning, flipped classroon,… hemos sostenido dos ideas de forma
invariante, casi fija:
No hay educación virtual, a distancia, presencial,… simplemente hay educación, que es lo
que se hace para que los alumnos aprendan.
Cuando la educación era
eminentemente presencial, ésta tenía lugar, se producía, cuando había una
concurrencia, en un lugar y a una hora, de profesor y alumnos, se hablaba de
educación a distancia como la excepción. Ahora no hay modalidad de educación en
la que en algún momento no haya mediación por cacharros y asincronía. ¿Qué es
lo que consideramos la modalidad de educación excepcional entonces? ¿a la
presencial? ¿a la que se realiza de forma asíncrona?
La segunda idea es que los ambientes educativos o, si lo
vemos desde el otro lado, de aprendizaje, constituyen un CONTINUUM (esta es la
idea clave) que van desde la concurrencia de profesor y alumnos (física, entre
cuatro paredes, o en un hangout o
videogrupo) hasta el que se produce con el alumno gestionando, en cualquier
lugar y a cualquier hora, su entorno, su ecosistema de aprendizaje e incluso su itinerario formativo (en un caso
extremos su Learning and Performance
Support Systems: SPSS)
La idea del continuum la tratamos en 2012, el 15 de julio
[PDF]Texto completo en formato PDF
www.um.es/ead/red/31/zapata_ros.pdf
de M Zapata-Ros - Citado por 10 - Artículos relacionados
De igual forma que existe un continuum desde el punto de vista de la funcionalidad en los dispositivos utilizados, que va desde los ordenadores de escritorio a smartphones y tablets pasando por ordenadores portátiles, existe un continuum desde el e-learning hasta el m-learning. Realmente se podría decir que m-learning es e-learning con menos funcionalidades, o funcionalidades menos finas, y con más movilidad. Esto, que puede parecer una conceptualización obvia o irrelevante, presenta nuevos, muy potentes y radicales cambios en la metodología, debidos al aumento de oportunidades y de ámbitos donde realizar las actividades. Pero sobre todo por sumergir a éstas en un contexto social muy potente y asumido por la población como entorno de relación. En definitiva el concepto de aprendizaje móvil o ubicuo debería bascular sobre la movililidad a partir de lo avanzado sobre usos y posibilidades educativas del e-learning, del aprendizaje apoyado por la tecnología o del aprendizaje conectado.
Ahora Tony
Bates ha hecho un post como tema trasversal de su libro, dedicado
precisamente al continuum, y a un tema apasionante para los estudiosos: Qué
criterio es el que hace que una entrega se haga de una forma más próxima a un
polo o a otro del continuum, es decir qué actividades son presenciales puras,
son flipped classroom, o el alumno lo hace en su ambiente. Pero sobre todo cómo
se produce esa decisión, ¿es el profesor quien lo hace espontáneamente en
función de criterios no explicitados, espontáneos, circunstanciales,…? ¿Hay
elementos en la propia naturaleza de las actividades?, y si es así ¿cuales son?,
¿son objeto de investigación?. Otra perspectiva, centrada en el estudiante,
¿justificaría en cualquier caso la preeminencia del cara a cara… en cualquier caso?
¿O más bien depende de los perfiles de aprendizaje y de las situaciones de los
estudiantes? Los MOOC y la entrega en línea, todo el tiempo, de algunos cursos
on-line parece que lo tienen claro: Siempre. Pero quizá podríamos llegar a una
conclusión contraria.
Lo que parece claro, a partir del ensayo trasversal de Bates
y de otras consideraciones y precedentes, es que
- En la educación convencional, sin adjetivos, existe un continuo de situaciones de aprendizaje motivado o hecho posible por la tecnología, que va desde la enseñanza presencial física, cara a cara, a los programas de formación totalmente en línea.
- Cada profesor o instructor, o en otro caso cada diseñador instruccional, tiene que decidir en qué parte del continuum se sitúa cada parte del programa en particular.
- Los gestores académicos y los organizadores de los programas deben ser receptivos a estos planteamientos en sus esquemas organizativos.
- No existen evidencias de investigaciones consistentes ni bases teóricas para realizar estas determinaciones ni para tomar decisiones.
- Sí hay, no obstante, experiencias sobre criterios limitantes del aprendizaje en línea. La primera de ellas es que hay ciertas actiidades que no se deben hacer on line si es posible hacerlo de forma presencial.
- Es un concepto y una situación dinámica. Está variando, y va a variar, en función de la creciente disponibilidad de repositorios de recursos abiertos (OER), de libros de texto abiertos, de investigación abierta y de datos accesibles significa que, en el futuro, casi todo el contenido académico será abierto y de libre acceso a través de Internet, con la consecuencia de que habrá nuevas posibilidades y formas de que alumnos y profesores interactúen.
- Esta habilidad y sentido de la oportunidad por parte de los profesores y de las instituciones para decidir el punto del continuum, con el objetivo de conseguir mejores aprendizajes, como consecuencia de una ayuda pedagógica más efectiva, será tenido en cuenta como un elemento de calidad en la Educación Superior. Y
- Como resultado, los estudiantes buscarán cada vez más a las instituciones que ayudan el aprendizaje mediante el desarrollo de las habilidades necesarias en la era digital, más que primando la entrega de contenidos exclusivamente. Esto tendrá importantes consecuencias en cómo se configura el papel de los profesores, que ahora serán también instructores, y en el diseño instruccional de los cursos. Del cual, la selección del ambiente adecuado, en el continuum, para cada caso será un componente clave.
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