miguel.zapata@uah.es
Quienes hace diez años formulaban
propuestas de evaluación de la calidad en entornos virtuales lo hacían
basándose en unos criterios que entonces creían o creíamos
intemporales, aún haciéndolo sobre la base de la
intervención educativa mas que sobre la configuración de los Learning management systems (LMS).
Ahora varios hechos
se han producido y diversos procesos se
han desarrollado sobre aquella realidad.
El primero es que los campus
virtuales se han convertido en una realidad que ocupa un espacio habitual y mayoritario, en sus
diversas modalidades de acceso. Así lo aseguran los
informes más conocidos en el ámbito global, en EE.UU. y en nuestro país.
El informe Going the Distance: Online Education in the
United States, 2011, de Sloan (The Sloan Consortium, 2012),
con matices, señala un avance progresivo en todas las
modalidades educativas y niveles en EE.UU. Particularmente
en la enseñanza postsecundaria:
En España el informe UNIVERSITIC2011,
publicado por el CRUE (2011) señala que el 90 por ciento de profesores y
estudiantes universitarios acceden a las plataformas de docencia virtual. Naturalmente
los datos son más matizados, con más proliferación de tablas y de variables.
Sin embargo todas ellas hacen énfasis en aspectos exclusivamente tecnológicos. No
abordan cuestiones de metodología docente, aprendizajes o evaluación, ni de
otras variables de eficiencia o de diseño educativo.
Y no es indiferente como se acceda. Las opciones son muy
diversas, desde puramente acceder para descargar documentos hasta hacerlo en
el contexto de procedimientos instruccionales complejos.
Una vez más hay que señalar que “estar conectado no basta”.
En estos diez años se han generalizado los LMS, pero por
otro lado han ocurrido otras cosas.
Han aparecido los ambientes y dispositivos de la web
social, y la comunicación móvil inteligente. Los LMS se han institucionalizado,
no han cambiado la educación, pero la educación les ha cambiado a ellos. Se han
transformado de forma generalizada en entornos de
gestión de la actividad convencional que se realiza alrededor
de
la educación: De la gestión de las calificaciones, de fichas de alumnos, de
tiempos, actividades y recursos, pero en ningún caso gestionan el aprendizaje
que se produce.
Es el momento pues de realizar una revisión, sobre la
base del trabajo realizado, eliminando referencias y conceptualizaciones ancladas
con entornos tecnológicos ya obsoletos, haciendo en lo
posible un análisis de los nuevos entornos en términos
de aprendizajes que supongan un avance, soslayando la
vinculación a tecnologías efímeras. Por otro lado, sin caer en una exagerada
ponderación de la web social atribuyéndole características taumatúrgicas como
la de sustituir al individuo en el aprendizaje, los entornos virtuales de aprendizaje
han dado un paso y se han constituido en entornos sociales de aprendizaje. Este
fenómeno, por el mismo imperativo que lo hacían los
anteriores sistemas de aprendizaje, no puede
escapar de la reflexión sobre la calidad: Los docentes, gestores, alumnos e
investigadores necesitan referencias claras y comunes sobre criterios de
calidad basados en consensos. En este caso también.
Bajo el denominador de web
social se han incluido todos los servicios en los que no
hay diferenciación entre autor y usuario: Redes sociales, wikis, blogs, You Tube,…. Éste sería
pues el principal rasgo diferenciador, la novedad, respecto de la web: No
hay mediación de especialistas en
computación, ni dependencia de ellos. Se caracteriza pues porque todos sus
servicios son participativos. Los usuarios de las tecnologías 2.0 pueden
relacionarse de forma sencilla, directa y abierta entre sí, compartir recursos
y comunicarse de forma inmediata y simultánea, gestionando su entorno humano y
de recursos materiales. Esto en la mayor parte de los casos, pero no siempre,
implicaría algún grado de interacción, de diálogo. Es decir modificación e
intervención de otros en el mensaje propio.
Son destacables pues tres rasgos de la
web social: Que es participativa, interactiva y autónoma.
La idea de entorno virtual de aprendizaje tiene una relación clara con la naturaleza y génesis social del
aprendizaje, favorecida por los medios tecnológicos. Con Onrubia (2005)
podemos decir que es un conjunto de dispositivos y herramientas que permiten,
con la concurrencia de alumnos, profesores y recursos instruccionales, que el
alumno elabore su propio conocimiento. El
aprendizaje en entornos virtuales supone un proceso de construcción y de elaboración. El
alumno selecciona, organiza y le confiere una naturaleza propia y con sentido
(elabora) a la información contenida en el entorno.
Uniendo ambas ideas el Entorno social de aprendizaje (ESA), o Social Learning
Environment (SLE), podemos entenderlo (Baird y Fisher, 2006) como un conjunto de servicios en los que no
hay diferencia entre autor y usuario (Redes sociales, wikis, blogs,….), donde
no hay mediación de nadie ajeno al hecho educativo. Que se
caracteriza por ser participativo e interactivo. Los usuarios, alumnos y
profesores, pueden relacionarse de forma sencilla, directa y abierta entre sí,
compartir recursos y comunicarse de forma inmediata y simultánea. Y que
comporta la posibilidad de que el alumno pueda reconstruir y elaborar un
conocimiento con sentido para él con la
ayuda de los elementos humanos del entorno, a partir de la información que se
le presenta o que tiene a su disposición.
La existencia de los SLE plantea la necesidad de un software
especial: el “software social”, y la cuestión de su vinculación instruccional,
no solo tecnológica, con los LMS: ¿Uso integrado o uso separado?.
El término
"Software social" (blogs, wikis, redes sociales,…) se utiliza en
mundos diferentes, su tecnología se han desarrollado fuera del mundo
educativo. Terry Anderson (2005) ha introducido el concepto de "software
educativo social" que exponemos a continuación en un contexto de educación
a distancia:
El software social
está constituido por "(...) las herramientas de red que apoyan y estimulan
a los individuos a aprender, conservando el control individual de su tiempo,
espacio, presencia, actividad, identidad y relación" (Anderson, 2005, p.
4). Son los tradicionales foros y chats, o los nuevos recursos de uso
integrado, adaptado y colaborativo: uso compartido de archivos, webconferencias
, pizarras o tablones compartidos, e-bibliotecas, blogs y wikis. Estas
herramientas se pueden utilizar para apoyar las diferentes actividades que
ayudan el proceso de aprendizaje. La cuestión es decidir de de forma
teórica, argumentada, la organización para el e-learning, sobre todo para
decidir en el problema de la integración frente a la separación . Por
un lado, es posible, al menos teóricamente, la integración de diferentes
herramientas en un solo sistema de gestión del aprendizaje como Blackboard o, Moodle. Por otro lado, las
herramientas pueden estar separadas en una serie de aplicaciones distribuidas e
independientes utilizadas para diferentes propósitos pero dentro del sistema de
gestión del aprendizaje pedagógico tal como lo definimos al principio.
Esta discusión
se ha llevado a cabo en términos tecnológicos y de práctica (ver Levine
2004 ; Blackall 2005 ; Cormier 2005 , Wilson
2005 , Siemens 2005 , Anderson, 2006a; 2006b ). Pero
no ha habido eco dentro de un contexto pedagogico sobre el uso y la
organización de las herramientas dentro del e-learning. Salvo ( Dalsgaard,
2005 ) el principio general de que la discusión sobre el valor
educativo de las diferentes herramientas debe utilizar la pedagogía como punto
de partida y de que la utilidad de las diferentes herramientas depende, de
forma singular y, en cada caso, de las
actividades de aprendizaje que queramos apoyar.
Como
indicadores de calidad concretos nos podemos plantear ya si el sistema de aprendizaje a evaluar contempla un módulo
propio de software social. En algunos LMS, como Moodle que lo permiten por ser
de código abierto, se ha integrado de forma experimental un módulo de software
social (como Mahara o Elgg). Por otro lado existe la posibilidad de que el
apoyo tecnológico al programa de estudios contemple el uso de software social,
aunque no tenemos referencias concretas de diseño instruccional con estas
características y de los resultados obtenidos. Un buen trabajo sería indagar si
de los conocidos (BlackBoard, Moodle, etc) lo incorpora en alguna versión. Por
tanto cabe tambien considerar como indicadores para la evaluación las
cuestiones: ¿Existe en el caso evaluado un espacio concreto con las
características señaladas? Este espacio ¿está integrado en el LMS?.
También es
interesante saber, siempre en el caso a evaluar, si hay sistemas de aprendizaje,
cursos, donde se utiliza de forma separada del LMS, pero incluida en la
organización instruccional (Guías didácticas, etc.) del programa formativo
donde se integra para uso instruccional un entorno social.
El perfil social de aprendizaje del alumno.- El uso de herramientas informáticas
personales combinadas con las redes sociales y guiadas por las estrategias
metacognitivas del alumno (de selección, organización y elaboración en función
de su experiencia, objetivos, expectativas, y otras características de su
perfil de aprendizaje) son la base de una individualización o personalización
de su espacio de aprendizaje en la web. Las características de este espacio son
su huella, constituyen su perfil de aprendizaje en la web.
La potencia de
las redes sociales para construir este espacio y este perfil, para acceder a
los profesores e investigadores de su temática y a sus weblogs favoritos, es
personal, pero implica además algo que ya existía antes: tener acceso a una
amplia gama de recursos en forma de enlaces a páginas web, artículos,
referencias de libros, etc solo que ahora esto significa el acceso forma
continua con las referencias dentro del campo y de unas referencias a unos
intereses y a unas características personales. Este hecho representa una
alternativa a la búsqueda de recursos lineal en la web o a las bibliotecas
digitales. En este caso todo el mundo usando el mismo motor de búsqueda
tiene el mismo repertorio de materiales (todo lo más Google nos ofrecerá una
búsqueda personalizada, pero poco). Esto lo sabemos los profesores cuando
pedimos un trabajo y los alumnos sin ponerse de acuerdo nos dan un producto muy
parecido. Sin embargo con el uso de software social CONTINUADO, diferentes
alumnos no tienen la misma configuración de entrada a los recursos de la web.
Su elaboración será distinta, personal y con significado propio. Esta es
la característica clave de software social, su contribución al perfil social de
aprendizaje de cada alumno.
Sobre la base
del perfil social de aprendizaje del
alumno, podemos plantearnos nuevos indicadores de calidad, si:
- Se contempla aunque sea de forma
laxa, con referencias en los documentos y guías, opciones al acceso del
perfil del alumno en la web social por parte del profesor, etc, la
evaluación o simplemente que el profesor tenga en cuenta el perfil social
del alumno.
- Existe un tratamiento explícito en
el diseño instruccional a esta característica del alumno como fuente de
datos para la evaluación.
- Constituye un elemento obligado para ser
incluido en la organización instruccional (Guías didácticas, etc.) del
programa formativo.
- Se utiliza para ser tenido en cuenta en
el diseño tecnológico del espacio virtual de aprendizaje (incluido en el
LMS o de forma separada
Gestionar, colaborar, compartir y
adicionar/sumar.- El uso de web social o de software social proporciona un
nuevo enfoque del e-learning o de la
EAD. Se trata de la posibilidad de utilizar las tecnologías
de software social para capacitar a los estudiantes en la autonomía. De
esta forma, las herramientas del software social pueden proporcionar a los
alumnos recursos para resolver los problemas por su cuenta y en colaboración
con otros alumnos, de forma directa o propiciando condiciones favorables, bien
de forma directa (compartiendo), inversa (adicionando) o recíproca
(colaborando). El uso de software social para apoyar las actividades de
autonomía requiere una organización diferente en la EAD o en el e-learning que la
que supone el uso exclusivo de un LMS.
En este sentido sería conveniente
plantear si, sobre la base de lo visto en cuanto al uso del software social
para propiciar la autonomía, se cumplen requisitos como los que se enuncian a
continuación:
A.
Se contemplan orientaciones para compartir y adicionar en las
actividades y en las guías didácticas.
B.
Existe un tratamiento explícito en el diseño instruccional para
favorecer este enfoque del software social
C.
Hay un diseño tecnológico que permita las funciones de compartir (Share) y adicionar (Add)
La dinámica social.- Las redes sociales
y los fenómenos grupales que se desarrollan en la web social de aprendizaje no
escapan de las características que tiene como grupo o grupos y a las dinámicas
y flujos que en ellos se desencadenan.
El entorno
social está influido por todos los participantes en el proceso de aprendizaje y
por las interacciónes que se produce entre ellos como grupos humanos y como
individuos. Una clase o un grupo suelen tener su propia jerarquía social
(Cibernarium, 1999). El orden social puede tanto fomentar como dificultar el
aprendizaje.
La labor del
profesor requiere una especial sensibilidad para detectar las situaciones
favorables y explotarlas así como desactivar las desfavorables. El profesor
debe saber reconocer el significado de las diferentes situaciones que se
producen en el seno de un grupo. Así pues una
función clave del profesor es controlar la dinámica del grupo. Por tanto se
hace conveniente determinar si el sistema tiene previsto este tipo de
situaciones y procesos relativos a la dinámica social del sistema atendiendo a
cuestiones como si
A.
Existe una formación específica del profesor
sobre dinámica grupal en la web social
B.
Existe un tratamiento explícito en el diseño
instruccional para favorecer este función del profesor
C.
Hay un diseño tecnológico que permita las
funciones de moderación por parte del profesor
D.
Se propicia una formación de los alumnos en
valores específicos para relacionarse en redes sociales (netiquette, etc.)
Conclusiones.- Los sistemas de aprendizaje con medios tecnológicos deben incluir la web
social en función de las dimensiones nuevas que atribuyen a los procesos de
aprendizaje, más allá de propiciar la interacción y el trabajo cooperativo que
se les atribuyen tradicionalmente. Ahora la novedad es que el uso de
herramientas informáticas personales combinadas con las redes sociales y
guiadas por las estrategias metacognitivas del alumno (de selección,
organización y elaboración en función de su experiencia, objetivos,
expectativas, y otras características de su perfil de aprendizaje) son la base
de una individualización o personalización de su espacio de aprendizaje en la
web. La inclusión de estas perspectivas en el plano de organización pedagógica
y del diseño instruccional constituye un elemento de calidad nuevo que
igualmente ha de ser evaluado.
Los técnicos,
desarrolladores, pero sobre todo los gestores de sistemas de gestión del
aprendizaje deben plantearse, sobre todo basándose en referencias teóricas
sobre cómo se produce el aprendizaje, la organización de las herramientas y
entornos de web social en relación con los LMS, sobre todo para decidir en la
disyuntiva de la integración frente a la separación. Por un
lado, teniendo en cuenta que si bien es posible, al menos teóricamente, la
integración de diferentes herramientas en un solo sistema de gestión del aprendizaje,
no se conocen experiencias prácticas e investigaciones que arrojen datos
determinantes sobre su eficiencia.
Las
herramientas pueden ser separados en aplicaciones distribuidas e independientes
utilizadas para diferentes propósitos
pero dentro del sistema de gestión del aprendizaje pedagógico, no
necesariamente dentro del mismo esquema tecnológico.
El uso de la
web social arroja informaciones de interés muy relevantes sobre los alumnos, de
esta forma podemos apreciar y estudiar que cada alumno realiza una elaboración
propia, que es distinta, personal y con significado exclusivo para
él. Esta es la característica clave de software social, su contribución al
perfil social de aprendizaje de cada alumno.
Por último los
instrumentos y las prácticas de la evaluación deben hacer énfasis, integrando
indicadores, elementos de observación, incluyendo en las recomendaciones y en
los requisitos de evauación, sobre si se ha desarrollado un diseño tecnologico
e instruccional que integre las filosofías de compartir y adicionar. Y también valorar si el
sistema tiene previsto capacitación de docentes y administradores para
desenvolverse en situaciones de redes sociales y formación en dinámicas
sociales en estos entornos. Así como si se ha determinado un rol y unas
funciones específicas para las nuevas dinámicas sociales.
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