La formación virtual y los problemas asociados a las
dimensiones curriculares tienen un horizonte de formación-elaboración mucho más
veloz y urgente que lo han tenido las correspondientes dimensiones en el ámbito
convencional. La forma de intervenir pedagógicamente, la metodología y las
estrategias docentes, la evaluación y la organización de las actividades y de
los recursos tienen un recorrido de milenios. Sin embargo la tradición de estos
temas en la red es de años, cuando no meses.
En este sentido la acreditación
de la identidad como elemento de evaluación tiene una urgencia innegable.
Varios conceptos se han definido
en el camino a la construcción conceptual de la identidad individual de
aprendizaje en la red y de los procedimientos para utilizarla en la práctica
docente.
Dentro ese camino presentamos el
trabajo realizado en el contexto de unos estudios de Máster Universitario en la
Universidad de Alcalá de Henares.
Partimos para ello de dos
conceptualizaciones: La del perfil social de aprendizaje y la de identidad
digital.
En otro trabajo (Zapata, 2011)
abordamos el perfil social de
aprendizaje del alumno. El uso de herramientas informáticas personales
combinadas con las redes sociales y guiadas por las estrategias metacognitivas
del alumno (de selección, organización y elaboración en función de su
experiencia, objetivos, expectativas, y otras características de su perfil de
aprendizaje) son la base de una individualización o personalización de su
espacio de aprendizaje en la web. Las características de este espacio son su
huella, constituyen su perfil de aprendizaje en la web.
La potencia de las redes sociales
para construir este espacio y este perfil, para acceder a los profesores e
investigadores de su temática y a sus weblogs favoritos, es personal, pero
implica además algo que ya existía antes: tener acceso a una amplia gama de
recursos en forma de enlaces a páginas web, artículos, referencias de libros,
etc. solo que ahora esto significa el acceso forma continua con las referencias
dentro del campo y de unas referencias a unos intereses y a unas
características personales. Este hecho representa una alternativa a la
búsqueda de recursos lineal en la web o a las bibliotecas digitales. En
este caso todo el mundo usando el mismo motor de búsqueda tiene el mismo
repertorio de materiales (todo lo más Google nos ofrecerá una búsqueda
personalizada, pero poco). Esto lo sabemos los profesores cuando pedimos
un trabajo y los alumnos sin ponerse de acuerdo nos dan un producto muy
parecido. Sin embargo con el uso de software social CONTINUADO, diferentes
alumnos no tienen la misma configuración de entrada a los recursos de la web.
Su elaboración será distinta, personal y con significado propio. Esta es
la característica clave de software social, su contribución al perfil social de
aprendizaje de cada alumno.
Por otro lado es un hecho
sobrevenido que actualmente podemos tener una existencia propia en la Red.
Somos en la red, podemos crear y participar en comunidades formadas por
individuos con algún interés común. Podemos manifestarnos con elaboraciones
propias, documentos, imágenes, sonidos, vídeos o productos multimedia, podemos relatar
a quien queramos o a quien quiera escucharnos nuestros intereses, expectativas,
gustos o ideas. Igualmente podemos seleccionar los recursos que estimemos más
útiles para nuestra formación. Podemos
producir esa información con carácter propio, editarla compartirla o adicionar
la de otros.
Esta identidad tiene sentido en
la medida que recibamos retornos de la comunidad. La identidad existe pues en
tanto nos relacionemos con otros y que es aceptada como tal por ellos,
Para Wenger (2001, pág. 187)
existe una profunda conexión entre la identidad y la práctica. Desarrollar una
práctica exige la formación de una comunidad cuyos miembros puedan
comprometerse mutuamente y, con ello, reconocerse mutuamente como participantes.
Una identidad digital es pues la
representación a través de un conjunto de rasgos de la identidad de un
individuo que es utilizada en algunos
procesos de interacción con otras personas en redes distribuidas a efectos de
reconocimiento del individuo.
Según Windley (2005) la identidad
se define como colecciones de datos sobre un sujeto que representan sus rasgos,
preferencias y atributos. Así, es posible saber quiénes somos o cuáles son
nuestras credenciales (atributos de esa identidad).
En este sentido la identidad digital de aprendizaje es
la representación, a través de un conjunto de rasgos visibles en un contexto
instruccional, de la identidad real de
un individuo que se desarrollan en procesos de interacción con otras personas
en redes distribuidas, y que es susceptible de ser utilizada en la práctica de
diseño instruccional y en procesos de
evaluación educativa.
En cualquier caso (Huynh, 2012), aunque
haya mucho que avanzar, ningún especialista puede negar que la identidad
digital está cambiando la forma de construir la auto-imagen de los
jóvenes. Por consiguiente, es esencial que la escuela les ofrezca los
medios para evaluar a través de esta imagen en construcción, o teniéndola en
cuenta. La distinción entre espacio privado y espacio público, la protección de
datos, la e-reputación son elementos a considerar, borrando cierta frontera
entre lo personal y lo público.
Un caso de Identidad digital
de aprendizaje
La asignatura Sociedad de la Información y del
Conocimiento (SIC) forma parte del Máster Universitario en Informática
Pluridisciplinar, ofrecido por la Escuela Técnica Superior de Ingeniería
Informátic de la Universidad de Alcalá de Henares. Se cursa totalmente a
distancia a través del campus virtual de la universidad.
Al ser la primera asignatura de la carrera, su dinámica
reviste especial relevancia ya que fija la impronta, de alguna manera, para el desarrollo de las restantes asignaturas, así como también los parámetros respecto
a lo que significa estudiar a distancia a través de medios electrónicos,
desempeñarse éticamente y poseer una identidad digital como alumno que lo
identifique y distinga de entre sus compañeros y compañeras de curso.
La asignatura se divide en dos bloques claramente
diferenciadas, con métodos y objetivos propios cada uno.
En el primero tratamos de ofrecer una formación básica
para la formación virtual, que permita desarrollar el modelo de evaluación del
Máster. Tratamos pues de suministrar conocimientos, métodos e instrumentos que
permitan a los alumnos adquirir competencias básicas para trabajar en el aula
virtual y para ser evaluados mediante intervenciones y aportaciones a través de
ella, y al mismo tiempo que permita a los profesores obtener el conocimiento
necesario de los alumnos para llevar a cabo una evaluación personalizada.
Dentro de este primer bloque procuramos propiciar situaciones
donde los alumnos vean con naturalidad hablar y escribir con soltura de todo
tipo de temas, dar sus opiniones, y hacerlo con la extensión que precisen.
En trabajo posterior de análisis tratamos de rescatar los
rasgos de identidad y de estilo que permiten reconocerlos de forma individual,
lo plasmamos en un instrumento que hemos creado y ponemos esa información a
disposición del resto de profesores.
Sin duda es solo el comienzo y como tal adolece de
defectos y de deficiencias. Pero como sucede en estos casos estamos en un bucle
de evaluación formativa.
Referencias
Comprendre et enseigner l’identité numérique, http://docsdocs.free.fr/spip.php?breve636
Helen Huynh L’identité numérique, http://documentation.spip.ac-rouen.fr/spip.php?article380 2012
Wenger,
Etienne (2001). Comunidades de prácticas,
significado e identidad. Barcelona:
Paidós. 348 pág.
Windley, Phil (2005).
Digital Identity. Sebastopol:
O’Reilly. 254 pág.
Zapata-Ros,
M. (2011). Evaluación de la calidad en
entornos sociales de aprendizaje RED.Revista de Educación a Distancia.
Número 29. Consultado el [dd/mm/aaaa] en http://www.um.es/ead/red/29/
p.4
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