Hace ocho años formulábamos (Zapata, 2003) una propuesta
de evaluación de la calidad, para sistemas de EAD,
centrada en el aprendizaje. Nos basábamos
en unos criterios que entonces creíamos intemporales. Naturalmente la hacíamos
para sistemas de aprendizaje completos que utilizaban las redes y los medios
tecnológicos. Ahora[1]
varios hechos se han producido y diversos procesos se han desarrollado sobre aquella realidad.
Han aparecido los ambientes y dispositivos de la web social, y la comunicación
móvil inteligente. Los LMS se han institucionalizado, no han cambiado la
educación, pero la educación oficial les ha cambiado a ellos. Se han transformado
en entornos de gestión de la actividad que se produce
alrededor de
la educación o de la administración de tiempos, actividades y recursos, pero en
ningún caso gestionan el aprendizaje que se produce.
Sobre la base del trabajo realizado en 2003 estamos realizando
una actualización, eliminando términos y conceptos que se
corresponden con entornos tecnológicos ya obsoletos y haciendo
en lo posible una transcripción a términos que soslayen la vinculación a
tecnologías efímeras. Por otro lado, sin caer en una exagerada ponderación de
la web social atribuyéndole características taumatúrgicas como la de sustituir
al individuo en el aprendizaje, los entornos virtuales de aprendizaje han dado
un paso y se han constituido en entornos sociales de aprendizaje. Y este
fenómeno no puede escapar por su importancia de la reflexión sobre la calidad
por el mismo imperativo que siguen los anteriores sistemas de aprendizaje: Los
docentes, gestores, alumnos e investigadores necesitan referencias claras y
comunes sobre criterios de calidad basados en consensos. En este caso también.
Como conclusiones hemos
puesto sobre la mesa, entre otras, la cuestión de que los sistemas de aprendizaje con medios tecnológicos incluyan la web
social en función de las dimensiones nuevas que estos medios atribuyen a los
procesos de aprendizaje. Además
de propiciar la interacción y el trabajo cooperativo que son los tópicos que se
le atribuyen de forma tradicional, ahora la novedad es que el uso de herramientas informáticas
personales combinadas con las redes sociales y guiadas por las estrategias
metacognitivas del alumno (de selección, organización y elaboración en función
de su experiencia, objetivos, expectativas, y otras características de su
perfil de aprendizaje) son la base de una individualización o personalización
de su espacio de aprendizaje en la web. La inclusión de estas perspectivas en
el plano de organización pedagógica y del diseño instruccional constituye un
elemento de calidad nuevo que igualmente ha de ser evaluado.
Por otro lado se constata que los LMS se
han institucionalizado, no han supuesto un autentico elemento de cambio en la forma en como los profesores trabajan, ni en cómo los alumnso aprenden: No han cambiado la educación, pero la inercia y la rutina les ha cambiado a ellos. Se han transformado en entornos de administración educativa, de gestión tiempos,
actividades y recursos, pero en ningún caso de gestión del aprendizaje.
Los técnicos, desarrolladores, pero sobre todo los gestores de sistemas
de gestión del aprendizaje deben plantearse, sobre todo basándose en
referencias teóricas sobre cómo se produce el aprendizaje, la organización de
las herramientas y entornos de web social en relación con los LMS. Y sobre todo
deben decidir en la disyuntiva de la integración frente a la separación. Por
un lado, teniendo en cuenta que si bien es posible, al menos teóricamente, la
integración de diferentes herramientas en un solo sistema de gestión del
aprendizaje, como Blackboard o Moodle,
no se conocen experiencias prácticas e investigaciones que arrojen datos
determinantes sobre su eficiencia. Y que por otro lado, las herramientas pueden
ser separados en aplicaciones distribuidas e independientes utilizadas para diferentes propósitos pero dentro
del sistema de gestión del aprendizaje pedagógico, no necesariamente dentro del
mismo esquema tecnológico.
El uso de la web social arroja informaciones de interés muy relevantes
sobre los alumnos, de esta forma podemos apreciar y estudiar que cada alumno
realiza una elaboración propia, que es distinta, personal y con significado exclusivo
para él. Esta es la característica clave de software social, su
contribución al perfil social de aprendizaje de cada alumno.
Por lo demás en las recomendaciones y en los requisitos de evauación se
deben integrar la indicadore que señalen si se ha desarrollado un diseño
tecnologico e instruccional que integre las filosofías de compartir y adicionar. Y
también valorar si el sistema tiene previsto capacitación de docentes y
administradores para desenvolverse en situaciones de redes sociales y formación
en dinámicas sociales en estos entornos. Así como si se ha determinado un rol y
unas funciones específicas para las nuevas dinámicas sociales.
Referencias.-
ZAPATA, M. (2003) Sistemas
de educación a distancia a través de redes: Unos rasgos para la propuesta de
evaluación de la calidad. Revista de
Educación a Distancia, n. 9. Disponible en: http://www.um.es/ead/red/M1/sistemas.pdf en 24/11/11
[1] Este
post es el resumen de un trabajo más extenso que se publica como artículo en
RED y que constituye
el comienzo de la puesta al día de otro trabajo realizado
en 2003 sobre calidad centrada en el aprendizaje en sistemas de educación a
distancia a través de redes. El artículo de RED se utiliza
como material instruccional en un programa de formación de postgrado.
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